La incredulidad es un obstáculo que se presenta en la vida del cristiano, para no dejar que crezca su fe en Dios. Es muy fácil dejar de creer que Dios hará su obra perfecta en nuestra vida, cuando solo sentimos que nos suceden cosas malas, esta es la herramienta que utiliza el enemigo para alejarnos de nuestro caminar en Dios, para endurecer nuestro corazón y confundirnos. Haciéndonos creer que Dios no tiene el poder suficiente para sacarnos de la situación en la que nos encontramos. (“Después se apareció a los once mismos cuando estaban sentados a la mesa, y los reprendió por su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado. Marcos‬ 16‬:14‬ LBLA‬‬)‬‬‬‬‬‬

El Señor utiliza estos obstáculos para mostrarnos el estado de nuestra vida, para que aprendamos a reflexionar sobre lo bueno y lo malo que estamos haciendo.  

Como hijos de Dios no podemos dejar de confiar que Él tiene el control completo de lo que sucede con nosotros, Dios quiere que dependamos totalmente de su voluntad, que nos entreguemos en total confianza a Él. Por eso nos dice que creamos para ver su gloría en nuestras vidas, (Juan 11:40 R18 “Jesús le dice: ¿No te he dicho que, si creyeres, verás la gloria de Dios?”)

La misericordia de Dios es tan grande que, a pesar de la incredulidad que pueda existir en nosotros, Él nos ayuda a sobrellevar las cargas y tribulaciones. Un ejemplo de esto es el muchacho endemoniado al cual liberó, era un joven que desde pequeño vivía atormentado por un espíritu maligno y cuando se presentó la oportunidad de su liberación, su padre se llenó de incredulidad. Pero nuestro buen Dios, grande en misericordia, le concedió fe y creyó en Jesús para liberar a su hijo. Con esto podemos ver la bondad tan grande de Jesús que a pesar de nuestra incredulidad Él puede llenarnos de fe para ver las maravillas de su poder.

(“Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él respondió: Desde su niñez. Y muchas veces lo ha echado en el fuego y también en el agua para destruirlo. Pero si tú puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos. Jesús le dijo: «¿Cómo si tú puedes?». Todas las cosas son posibles para el que cree. Al instante el padre del muchacho gritó y dijo: Creo; ayúdame en mi incredulidad. Cuando Jesús vio que se agolpaba una multitud, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te ordeno: Sal de él y no vuelvas a entrar en él.” Marcos‬ 9‬:21‬-25‬ LBLA‬‬‬‬‬‬‬‬)‬‬‬‬

Para evitar caer en incredulidad es indispensable que escuchemos la palabra de Dios, que no despreciemos el Rhema ni a quien nos trae ese alimento espiritual. Esto fue lo que les sucedió a los fariseos quienes despreciaron a Juan el bautista quien traía las buenas nuevas acerca de Dios. (“Porque Juan vino a vosotros en camino de justicia y no le creísteis, pero los recaudadores de impuestos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, ni siquiera os arrepentisteis después para creerle.”

Mateo‬ 21‬:32‬ LBLA‬‬)‬‬‬‬‬

Poner en duda la palabra del Señor va a cerrar la entrada al reino de los cielos, porque la incredulidad causa dureza de corazón. Y esa dureza de corazón elimina la capacidad de arrepentimiento en nuestra vida. Por lo que nos aleja cada vez más de los caminos del Señor.

Pero a los que le creemos al Señor tenemos la promesa de ser salvados por Él, por esto hermanos, amemos su palabra, busquemos la santidad y la comunión con el Señor. Porque nuestra redención está cerca.

(“El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado. Y estas señales acompañarán a los que han creído: en mi nombre echarán fuera demonios, hablarán en nuevas lenguas; tomarán serpientes en las manos, y aunque beban algo mortífero, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán las manos, y se pondrán bien.”

Marcos‬ 16‬:16‬-18‬ LBLA)‬‬‬‬‬‬‬‬